Bueno, después de otro parentesis prolongado (unos dos meses) sin escribir gran cosa por aquí, durante el cual estuve de viaje, y una vez de regreso, creo que el resumen de Twitter me delata, he estado mas preocupado por la política que por las obras de ficción, una vez pasadas las últimas grandes movilizaciones de protesta, ha llegado el momento de volver un momentito a este blog, para comentar una rareza, una de esas películas que se dicen "de culto", y que como tal, se estrelló en su día en la taquilla. Una producción del año 2001 de la superfactoría de animación Disney: Atlantis, el Imperio Perdido.
Atlantis, el Imperio Perdido, lo tenía todo para triunfar: el habitual despliegue técnico de la factoria Disney en la producción, una estética en el diseño de personajes y escenarios para los cuales se contó con artistas de la talla del dibujante de comic Mike Mignola (creador de la serie Hellboy), el habitual elenco de actores famosos poniendo voz a los protagonistas, una potente promoción comercial... ¿qué fue lo que falló? Bueno, cada cual tendrá su opinión al respecto, pero lo que pasó basicamente, es que no era la clásica película Disney de toda la vida.
Seamos claros, cuando uno se sienta en la butaca del cine, con su cartucho de palomitas en la mano, y ve aparecer en pantalla el logotipo del castillo precediendo a la proyección de una película de dibujos animados, lo que espera ver es una versión edulcorada de algun clásico de la literatura universal en formato de musical. Si en vez de eso, lo que le sueltan es una de aventuras, tiros y persecuciones, una mezcla de Indiana Jones y 20.000 Leguas de Viaje Submarino, en la que no se paran siquiera a tararear dos notas seguidas en toda la película, por muy bien hecha que esta esté, se sale del cine con la sensación de haber sido timado. Que es lo que le pasó a la mayoria de los que la fueron a ver en su estreno.
Esa sensacion de "este no es mi Disney, me lo han cambiado" sin duda ayuda mucho a explicar el discreto resultado en taquilla. La apuesta veraniega de Disney ese año recaudó 186 millones de dólares, para un presupuesto de 100 millones, y fue batida ese mismo año, en el campo del dibujo animado, por tres títulos que hoy son referencia del género: El Viaje de Chihiro, de la factoría japonesa Ghibli que recaudó 229,2 millones solo en Japón, rendimiento en taquilla que aumentó durante el año siguiente tras estrenarse en Occidente, consiguiendo además el Oscar a mejor película de animación en 2002, Monstruos S.A. de la que hoy es su filial, y por entonces socio, Pixar (286,8 millones), pero sobre todo, por la pelicula de la competidora directa de Disney/Pixar ese año: Shrek, de Dreamworks, que recaudo 476,5 millones, se llevo el Oscar en la categoría de 2001, y fue la segunda película mas taquillera del planeta ese año, solo por detrás de la primera entrega de las aventuras de Harry Potter. Unos resultados que fulminaron el intento de Disney de explorar otros caminos y de paso convirtieron a Atlantis, El Imperio Perdido en uno de esos "clásicos malditos" que tanto abundan en la historia del cine.
Atención: a continuación se desvelan algunos detalles de la trama
La película nos muestra a un joven arqueólogo idealista, Milo Thatch. Harto de ser ninguneado por la élite intelectual del Museo de Washington, donde vegeta empleado en tareas indignas de su graduación académica, y decidido a emular a su abuelo, un famoso aunque excéntrico explorador ya fallecido, decide aceptar la oferta de un misterioso millonario, Preston Withmore, que se encuentra en posesión de un curioso manuscrito del que se dice contiene la clave de la localización de la mítica Atlántida. Withmore está decidido a financiar en secreto una expedición para encontrar las ruinas de la Atlántida, y ha reclutado un extravagante grupo de mercenarios al que solo le falta un linguista capaz de descifrar el manuscrito, puesto que, obviamente, Milo acepta sin hacer demasiadas preguntas a su mecenas.
Los personajes protagonistas de la película, junto con los actores que les prestaron su voz en la versión original.
Así, la poco ortodoxa expedición, mas bien una partida de saqueadores de tumbas, se pone en marcha. Evidentemente, pasarán por muchos peligros y dificultades, y evidentemente también, encontraran la Atlántida, pero las cosas se complicarán cuando donde el grupo de mercenarios esperaba encontrar unas viejas ruinas de las que sería tarea fácil llevarse cualquier tesoro que pudieran encontrar, encuentran en su lugar una ciudad en decadencia, eso si, pero todavía habitada por los descendientes de los antiguos atlantes. Muy especialmente cuando la princesa Kida, hija del rey, comienza a sentirse atraida por Milo.
Fin de la zona de peligro de spoiler.
Polémicas.
En su día en algunos círculos se llego a insinuar que la película era abiertamente anticapitalista. El contraste entre una expedición del mundo exterior compuesta por individuos de turbio pasado y no del todo claras intenciones, financiada por un magnate misterioso, con los aparentemente pacificos atlantes, que han pagado un precio carísimo por su pasado guerrero, y ahora viven inmersos en un utopico pacifismo, al parecer era justificacion suficiente para lanzar esta hipótesis. Personalmente, me parece una interpretación muy exagerada, pero que aún hoy puede escucharse entre algunos aficionados al género.
Igualmente exagerada me parece la acusación, muy común en los círculos de aficionados al anime japonés, de que esta película es un plagio de la serie Nadia y el misterio de la Piedra Azul, de la que hablé hace algun tiempo. Basicamente son tres los elementos que alegan los partidarios de esta tesis: relación romántica entre un intelectual y una princesa guerrera de aspecto exótico, la Atlántida y sobre todo, el cristal mágico. Realmente, también se me hace muy pillada por los pelos esta teoría, dado que el ingrediente principal en que se sostiene, el cristal mágico que posee extraños poderes y podría ser usado como arma mortal, aparece practicamente en todas las historias fantásticas que mencionan
la Atlántida, presentado habitualmente custodiado en lo alto de una torre estilo zigurat, brillando con luz propia y a menudo levitando.
Como curiosidad señalar que, contrariamente a lo que el propio personaje de Milo afirma al principio de la pelicula, Platón jamás habló de semejante fenómeno en sus obras, sino que esa imagen tan icónica del género fantástico es mucho mas reciente. Su origen hay que buscarlo en el vidente Edgar Cayce, el cual se refirió al misterioso cristal del que la Atlántida obtenía su poder durante sus sesiones de espiritismo en los años 40, una imagen que caló profundamente en todos los autores del género fantástico, y que ha perdurado hasta nuestros dias. Propiamente hablando, que Milo haya oido hablar del legendario cristal mágico en la época previa a la I Guerra Mundial es por tanto un anacronismo.
En resumen, una película curiosa, entretenida de ver, la típica para una tarde de domingo de sofá y palomitas, que a lo mejor sirve para contestar la pregunta que muchos de los que estan hartos de las clásicas peliculas Disney de princesitas cursis y baladas empalagosas se hacen: ¿porqué no hacen algo diferente algún día? Pues porque resulta que una vez lo hicieron... y el público les dio la espalda.
Ahhh...pues a mi me encantó Atlantis!!! Ya somos dos.... ;)
ResponderEliminarAcabo de verla en el cable, en realidad hasta me había olvidado de que existía esta peli, la vi, me gusto y aparte me llamo la atención por el anti capitalismo que mencionas (de hecho por eso la googlie y llegue acá).
ResponderEliminarLo que me llamo la atención y me hizo pensar en el anticapitalismo (tienes razón, solo con la historia no basta) fue un comentario, cuando los mercenarios apresan a los atlantes y se cargan a Milo el malo (no recuerdo su nombre) le dice que debería estar de acuerdo, que hasta Darwin mencionaba la supervivencia del mas fuerte, lo que ocurre es que Adam Smith, creador del capitalismo, sostiene su ideologia en que el estado natural del ser humano es capitalista y usa las ideas de Darwin para avalarlo, todo esto en el contexto de la ilustración donde se buscaba el estado natural del hombre por medio de la razón.
me alargue mas que la cresta xD
Como sea, creo que este tipo malo también decía que no era un mercenario sino que un "aventurero capitalista".