jueves, 26 de julio de 2012

Hace un millon de años: Raquel Welch cazando dinosaurios en Tenerife.

Traigo aquí una pequeña ambrosía de la serie B: Hace Un Millón de Años. Una película de la Hammer de 1966, que en su día se convirtió en la película con mayor presupuesto de la productora británica. Un entretenido aunque bastante simplón pastiche de aventuras cavernícolas dirigido por Don Chaffey que hará las delicias de los espectadores que previamente tengan la precaución de aparcar su sentido común a un lado y prescindan de tratar de analizar el argumento. Se trata de disfrutar del espectáculo sin pararse a pensar en lo que se esta viendo. No intenten aplicarle la lógica, ni por supuesto, cualquier conocimiento real sobre paleontología.


En este poster está contenido el argumento íntegro de la película.

Tres son los elementos fundamentales de este pequeño clásico de culto para los fans de la Hammer. Por este orden:
1- El bikini estilo Los Picapiedras de Raquel Welch.
2- Los FX del mago del stop-motion, Ray Harryhausen.
3- Los espectaculares paisajes naturales de las Islas Canarias, donde fueron rodados los exteriores.
Y no hay más. Como ya he dicho antes, aquí lo que procede es prepararse un cartucho bien grande de palomitas de maíz, colocar los pies encima de la mesita del salón, poner el sentido común en stand-by, darle al play y a disfrutar. Ya pensaremos en la cantidad de burradas que hemos visto cuando acabe la película.

A continuación se desvelan detalles de la trama.

Bueno, detalles no. Esta vez pienso destriparla entera. Estas películas que son tan absurdas me gusta comentarlas con lujo de detalles, para poder reirme a gusto, y total, tampoco es que haya demasiada historia. En fin, comienza la película con una secuencia de erupciones volcánicas sobre la que aparecen los créditos de inicio, para pasar a continuación a mostrar un desolado paisaje volcánico (si, lo acertaron, es Tenerife) mientras una voz en off (la única voz inteligible que escucharemos, ya que todos los personajes hablan en "cavernícola") nos ilustra sobre la dureza de la vida en aquellos tiempos prehistóricos. A continuación aparece una tribu cavernícola, y quédense con el dato de que son todos morenos. Les vemos cazar un jabalí, y comprendemos en seguida que se trata de gente ruda de costumbres brutales, ya que ahí mismo abandonan a su suerte a uno de los cazadores, que no puede seguir el ritmo del resto de la partida.

Mas tarde vemos a los cazadores de regreso en su caverna, asando el jabalí. A la hora de repartir la pieza, impera la ley del mas fuerte, y los mas rudos se hacen con los mejores pedazos del asado. Como no puede ser de otro modo, enseguida estalla una pelea, entre el cacique de la tribu y su hijo (el protagonista, interpretado por John Richardson), que acaba siendo derrotado, y cae en desgracia (es una forma suave de decirlo, en realidad por donde cae, o mas bien le tiran, es por el barranco). Expulsado de la tribu y convertido en vagabundo, sus opciones de sobrevivir no son muchas. La cámara sigue al exiliado mientras camina sin rumbo por el desierto. En su vagabundeo se cruza con diversos de los monstruos de Harryhausen: una iguana gigante, una manada de brontosauros, una tarántula también gigantesca, y también escapa por los pelos de una tribu de homínidos caníbales, en cuya caverna había entrado buscando algo de agua. Finalmente llega a la orilla del mar, donde acaba cayendo agotado.

La iguana gigante

En una playa cercana al punto donde se ha derrumbado nuestro protagonista hay un grupo de mujeres pescando. Una de ellas (Raquel Welch en su ya mítico atuendo de cavernícola) descubre al caído, pero mientras están atendiéndole, aparece una tortuga gigante. El herido se recupera lo justo para plantar batalla al nuevo monstruo. Finalmente aparecen los hombres de la tribu, y logran ahuyentar a la tortuga al mar. Ah, si, un detalle: si han podido apartar la mirada de las curvas de la Welch, se habrán dado cuenta de que todos los miembros de esta nueva tribu son rubios.

 Las mujeres de la tribu, lideradas por Loana (Raquel Welch)

El vagabundo es conducido a la caverna de la tribu para ser atendido de las heridas, y descubre que esta tribu esta mas civilizada que la suya: pintan bisontes en las paredes y fabrican herramientas mas refinadas (y aquí interrumpo la narración para aclarar porque insistía tanto en que se fijaran en el color del pelo de los cavernicolas. ¿Soy el único que detecta en este detalle de los morenos brutos y los rubios civilizados un cierto tufillo racista?)  Nuestro protagonista se interesa especialmente en las lanzas que fabrican sus anfitriones: tienen puntas de piedra de sílex, mientra que en su tribu natal usan simples estacas de madera con la punta afilada. De inmediato siente la tentación de robar una de esas lanzas, y regresar a su antiguo hogar equipado con ese armamento superior, para  vengarse de su padre y reclamar la jefatura.

De mientras, nuestro hombre hace vida en la tribu y, creo que huelga decirlo, empieza a camelarse a la Welch (de paso, así nos enteramos de los nombres de los protagonistas: nuestro hombre se llama Tumak, y el personaje de Raquel Welch, Loana). Pero sin olvidar la lanza de sílex. La oportunidad no tarda en presentarse. La tribu es atacada por un alosaurio (esto lo he copiado del resumen de la Wikipedia, que yo de dinosaurios ni idea) y en la refriega muere uno de los cazadores. No se pierdan la escena de la lucha con el alosaurio, porque es una pequeña obra de arte de Harryhausen. Durante el funeral, Tumak se escaquea para intentar hacerse con una de las lanzas, pero es seguido por otro de los cazadores, que desconfía del forastero, y al ruido de la consiguiente pelea acude el resto de la tribu, que le reduce fácilmente. Tumak es expulsado por segunda vez en lo que va de película, pero le permiten llevarse una de las lanzas. Loana decide marchar con él.

Mientras Tumak estaba con la tribu de los rubios, en su hogar ha tenido lugar un nuevo intento de "golpe de estado", de nuevo por el tradicional metodo de tirar por el barranco al cacique depuesto, por parte del hermano de Tumak. Pero cuando está a punto de proclamarse nuevo jefe de la tribu de los morenos, aparece su padre, cojeando, pero vivo, y se le fastidia el plan. La posición del cacique ha quedado, eso si, bastante debilitada. Sin saber nada de todo esto, Tumak y Loana se dirigen a la tierra de Tumak. Por el camino podremos disfrutar de una nueva virgueria de Harryhausen, la lucha entre dos grandes dinosaurios (el de los cuernos se llama triceratops, esta vez no he tenido que buscarlo en ninguna parte), así como de una escena de pelea a muerte en la caverna de los canibales, que nuestros protagonistas contemplan escondidos... ¡en la copa de un arbol que crece en medio de la cueva!

Los protagonistas contemplando la lucha entre los dinosaurios desde un escondrijo.

Finalmente llegan a la caverna de Tumak, donde este es recibido como un heroe. Tras una breve pelea con su hermano, y un tenso encuentro con su padre, enseguida se percata de como están las cosas, y decide convertirse en el "poder a la sombra del trono", desistiendo de su venganza, pues ya no es su padre, sino su hermano, el verdadero rival a eliminar. Pero quien de verdad causa sensacion a su llegada es Loana. La antigua compañera de Tumak enseguida se percata de que el triceratops de antes no es el único que se pasea luciendo cuernos en la película, y reacciona como es de esperar, enzarzandose con Loana en una feroz pelea, a la que le doy una nota de 8 sobre 10 en la escala del morbo. Lastima que no hubiesen un par de dedos de barro en el piso, entonces habríamos alcanzado la perfección. Una vez Loana consigue someter a su rival, los espectadores de la pelea amablemente le ceden un pedrusco para rematar la faena. Pero en ese momento aparece Tumak, que separa a las contendientes y dispersa al público. Nos damos cuenta entonces de que su estancia en la tribu de los rubios ha refinado bastante sus modales.

 ¡Pelea de gatas!

Tumak se ha convertido en la versión troglodita del aldeano que sale a ver mundo, y regresa a su pueblo con nuevas ideas de progreso aprendidas fuera. Su carisma en la tribu aumenta, cosa que no pasa desapercibida a su hermano, que ve como hay un duro rival en su camino hacia el trono. Pero un golpe de suerte parece aliarse con él. Mientras Loana esta en el río cercano, enseñando a nadar a los mienbros de la tribu de Tumak (otra cosa que tampoco sabían) es capturada por un pterodáctilo. Tumak y uno de sus partidarios salen al rescate, momento en que su hermano aprovecha para consumar su levantamiento. Mientras, el pterodáctilo que ha atrapado a Loana es atacado a su vez por un congénere, y en la refriega esta cae al mar, pero logra llegar nadando a la costa.

Loana tras escapar del pterodáctilo.

Un grupo de cazadores de la tribu de los rubios rescatan a Loana, y más tarde se unen a Tumak, para regresar con él a la caverna de los morenos, donde llegan a tiempo para unirse a la pelea. Pero justo cuando esta está en lo más encarnizado, un volcán cercano decide que es el momento más apropiado para entrar en erupción, poniendo punto final a la batalla de golpe. Amigos y enemigos se olvidan de sus rencillas de un plumazo, mientras corren para salvar sus vidas entre grietas que se abren en el suelo y ríos de lava que brotan de la tierra, tragándose a rubios y morenos, hombres y mujeres, amigos y enemigos sin hacer distingos. Finalmente, cuando se calma la furia del volcán, vemos a los supervivientes, rubios y morenos, congregados alrededor de Loana y de Tumak, ya convertido en líder indiscutible (entre otras cosas porque la tierra se ha tragado a todos sus rivales) de ambas tribus congregadas en una sola, marchando hacia lo desconocido en busca de un nuevo hogar. The End.

Fin de la zona de spoilers

Una de las primeras cosas que llama la antención de la película es la cantidad de despropósitos científicos que contiene. Los profesionales de la paleontología, y los simples aficionados también, sentirán la tentación de arrancarse lo ojos para librarse de la visión de tanta aberración junta. No es tan solo el detalle obvio y conocido hoy día hasta por los niños pequeños, de que jamás coexistieron sobre este planeta los seres humanos y los dinosaurios, es que además, si nos guiamos por el título de la película, tampoco hace un millón de años había seres humanos modernos, homo sapiens como los que aparecen en la película, idénticos a nosotros, solo que con ropas más rústicas. En aquella época, los humanos que habitaban la tierra pertenecían a especies como el homo ancecessor o el homo erectus. Lo mismo podríamos decir de buena parte de los animales que aparecen en la película. Es conocido el comentario que en su día hizo al respecto Harryhausen, diciendo que películas como King Kong o Hace un Millón de Años no se hacían "para los profesores". Es puro entretenimiento, sin ninguna intención de respetar el rigor histórico o prehistórico.

Precisamente debido a tanto desprecio hacia la ciencia, es sorprendente que la película contenga algún que otro guiño mas o menos cultureta. El más conocido seguramente es el de la escena en que Tumak y Loana son atacados en la playa por una tortuga gigante. La palabra que Loana usa para referirse al animal es archelon, que es la palabra que en paleontología se emplea para designar a un género prehistórico de tortugas marinas. Otra curiosidad de la película es que diversas de las plantas exóticas que pretenden representar la flora de tiempos prehistóricos son de hecho especies autóctonas reales de las islas Canarias, el lugar donde se rodaron los exteriores.

Aunque argumentalmente no es gran cosa, no cabe duda del caracter mítico de la película. El famoso poster de la misma, con Raquel Welch en traje de cavernícola, se convirtió en todo un éxito de ventas, adornando infinidad de paredes de habitaciones de adolescentes, cabinas de camioneros, talleres de reparación de automóviles y otros humildes templos de la religión machista, como encarnación de la Mujer Objeto, diosa principal de tan denostada como extendida fe. Los buenos aficionados al cine sin duda recordarán dicho poster adornando la pared de la celda del penal donde Tim Robbins cumplía condena en la película Cadena Perpetua, como testimonio de su condición de símbolo sexual de la época. En resumen una película entretenida de ver, aunque sin duda tenga mucho más mito que argumento.

2 comentarios:

  1. Por cierto, hace poco descubri que hay una version anterior de esta pelicula, en blanco y negro y con Victor Mature de protagonista.

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