lunes, 27 de enero de 2014

Nick Furia, agente de SHIELD.

Los fans de las series de superhéroes de la editora Marvel sin duda estarán familiarizados con este personaje, uno de los secundarios de lujo de las diversas franquicias de la casa. El Coronel Furia (traducción literal al castellano del apellido Fury del personaje en su edición original) aparece como el líder de una agencia gubernamental de inteligencia conocida como S.H.I.E.L.D. Un sujeto cascarrabias y autoritario que, dependiendo de la historia, bien puede aparecer dando apoyo logístico al superhéroe protagonista, o bien complicándole la vida como un Gran Hermano que sospecha hasta de su propia sombra. Los aficionados mas jóvenes probablemente lo identificaran con el aspecto de Samuel L. Jackson con el que fue reinterpretado en la colección Ultimates, y que es el actor que ahora le da vida en la gran pantalla, pero el personaje original, creado en tiempos de la Guerra Fría, era un hombre blanco, como exigían los prejuicios de la época. Lo que no ha cambiado es el parche en el ojo. Pero probablemente muchos aficionados desconocerán que el personaje dispuso de cabecera propia en los 60, una serie que es considerada como una de las más influyentes en el mundo del cómic, y que marco un antes y un después en el género de superhéroes: Nick Furia, agente de SHIELD.

Una de las míticas portadas de la serie.


miércoles, 15 de enero de 2014

Sheena, reina de la jungla, la película.

Reconozcámoslo, el cine de superhéroes de los últimos años nos ha malacostumbrado. Hemos visto últimamente adaptaciones a la gran pantalla de esos personajes que forman parte de la infancia y la adolescencia de prácticamente todos nosotros muy dignas, de una gran calidad, que nos han hecho olvidar que durante muchos años el cine de superhéroes perteneció por derecho propio a la serie B. Los Batman de Christopher Nolan o Tim Burton, los X-Men de Bryan Singer o el Spiderman de Sam Raimi nos han acostumbrado a cuidadas producciones, con guiones interesantes, intérpretes solventes y espectaculares medios técnicos, y ya no recordamos tantas y tantas películas donde se notaba el cartón piedra, la capa del personaje le cubría como una manta sobre él mientras volaba, o se mantenía rígida por efecto de las varillas ocultas bajo ella, y en las peleas veías como el actor ya empezaba a caerse antes de recibir el puñetazo que debía tumbarle. En el altar de los grandes éxitos de los últimos tiempos hemos sacrificado al olvido joyas de la cutrez como la mítica versión nunca estrenada de Los Cuatro Fantásticos de Roger Corman (1994), el Capitán América de Albert Pyun (1991), la Supergirl de Jeannot Szwarc (1984) o la película que nos ocupa ahora: Sheena, reina de la jungla.


El personaje de Sheena fue creado por los legendarios autores de cómic Will Eisner y Jerry Iger para la editora Fiction House en 1938, y ya había sido adaptado a una serie de televisión en 1955, con Irish McCalla como protagonista (volvería a serlo de nuevo en 2000, interpretada por Gena Lee Nolin). A rasgos generales podríamos decir que se trata de una versión femenina de Tarzan. A principios de los 70 el productor Paul Aratow se propuso llevar al personaje a la gran pantalla. Aratow en su día había pensado en Raquel Welch para interpretar a la heroína, pero el proyecto se empantanó durante al menos diez años, hasta que finalmente la película se estrenó en 1984, dirigida por John Guillermin, y con Tanya Roberts prestando sus curvas para interpretar a la protagonista.

jueves, 2 de enero de 2014

El musical mas kitsch de la historia del cine: Xanadu.

¡Que grandes fueron los 80! Las hombreras, los estampados estridentes, los rizos, el pelo cardado y teñido de colores chillones, los calentadores de tobillos de aerobic, las Converse All Star... Esa década prodigiosa alumbró verdaderas maravillas de lo kitsch. Para muestra, un horror... esto... un botón. Quería decir para muestra, un botón.


Los puristas podrán decir que Xanadu no pertenece a los 80, pues fue estrenada en 1980, año que numerológicamente todavía pertenece a la década de los 70, pero lo cierto es que a nivel popular ese dígito suele asociarse a la década naciente. Además, uno de los protagonistas proclama durante la película que ya están en los 80, y si ellos mismos lo dicen... y es que, si hay una película que certifica el paso estético de los 70 a los 80, es esta. Cosa mas kitsch y empalagosa no he visto en la vida. Olivia Newton-John había saltado a la fama en 1978 al co-protagonizar, junto a John Travolta, el musical adolescente por excelencia de los 70, Grease, y Robert Greenwald intentó aprovechar el tirón dandole el papel protagonista en esta, cuanto menos, extravagante comedia musical.