lunes, 25 de enero de 2010

Los Cabecicubos


La tirania de los cabezas cuadradas ya está aquí!!!



Si preguntásemos a los seguidores del dibujante de humor catalán Juan López, Jan, cual es en su opinión la obra mas conseguida de dicho autor, once de cada diez responderán que se trata sin duda de “Los Cabecicubos”. Y desde luego, tendrán razón. “Los Cabecicubos” es una obra maestra del comic humorístico. Pocas veces se puede conseguir decir tantas cosas en tan poco espacio, con un lenguaje tan simple, y sobre todo, sin perder jamás el tono jocoso que toda buena sátira exige.

“Los Cabecicubos” se publica en 1982, una época en que la situación política en España es particularmente efervescente, y ese hecho impregna toda la obra, llena de dobles sentidos. En esta historia, el personaje franquicia de Jan, el patoso superhéroe Superlópez, habrá de enfrentarse a una curiosa epidemia de cabezas cuadradas, en todos los sentidos de la expresión.

Atención, peligro de spoiler: a continuación se exponen detalles de la trama
La acción comienza cuando dos empresarios contratan los servicios de la agencia de publicidad donde trabaja de incógnito el protagonista, para la promoción de su curioso producto: unos huevos manipulados químicamente para que tengan forma cúbica. En el transcurso de una visita a la fábrica, el jefe de Superlópez queda expuesto por accidente a los productos químicos usados en el proceso. Como resultado, la cabeza se le deforma adquiriendo forma cúbica.

Lamentable accidente… A partir de aqui comienza todo


En este punto, el lector se da cuenta de que el consumo de esos huevos no puede ser bueno para la salud. A esta apreciación se une el hecho de que la fábrica que los produce siempre aparece envuelta en una densa nube de un molesto humo. Sin embargo, los huevos cuadrados pronto se convierten en un producto de moda, y al poco estalla una autentica epidemia de cabezas cuadradas.
En un principio, los cabecicubos son objeto de la burla y discriminación de sus conciudadanos. Sin embargo, conforme aumenta su número, comienzan a ser conscientes de su fuerza. Finalmente, organizados en un partido político fundado por el jefe de Superlópez, se harán con el gobierno de la nación. Es a partir de aquí cuando las cosas se ponen feas de verdad.



Discriminación: Los cabezicubos son objeto de rechazo en la pagina 7 del tercer capitulo…


…para pasar a ejercerlo ellos mismos en la pagina 8!



El jefe de Superlopez, rebautizado como Primer Hexaedro, encabezara un gobierno de estética y métodos claramente fascistas. Superlópez por su parte acabara uniéndose a la Guerrilla Urbana Anticabecicuba, grupo en el que es introducido por un personaje secundario clave, el “misterioso atracador”, personaje que, una vez desenmascarado, Jan volverá a utilizar en historias posteriores. Por su parte, el grupo guerrillero esta dirigido por otro secundario habitual de las historias de Superlópez, el despistado inspector de policía Holmez.


Estética fascista: el Primer Hexaedro arenga a las masas en una perfecta caricatura del nazismo


La acción (y el absurdo) ira aumentando progresivamente, hasta desembocar en una autentica guerra civil entre los cabecicubos y el GUA. En el transcurso de los enfrentamientos, la fábrica de huevos cuadrados será escenario de la batalla, y como consecuencia cesa la producción de huevos cuadrados, con lo que la intoxicación desaparece y los cabecicubos sanan espontáneamente, desmoronándose su ideología y su dictadura junto con su enfermedad.


Al final todo vuelve a una aburrida normalidad. El inspector Holmez aparece persiguiendo al mismo atracador que, sin el saberlo, había sido su compañero de aventuras unas paginas antes, la ciudad vuelve a estar contaminada, se preparan unas nuevas elecciones… en un guiño al lector, la historia se cierra sobre si misma en un bucle, cuando los mismos empresarios vuelven a presentarse en la misma agencia de publicidad donde comenzó todo para contratar la promoción de su nuevo producto: huevos perfectamente esféricos esta vez. ¿Qué cual es la ventaja? Simplemente no son cuadrados, sino todo lo contrario. El escenario esta preparado para que la historia vuelva a repetirse desde el principio. Si, el ser humano esta dispuesto siempre a repetir los mismos errores en cuanto se le presenta la más mínima oportunidad.
Fin de la zona de peligro de spoiler. 

Corrupción: los fabricantes de los huevos cuadrados alardean de sus contactos para evitar ser sancionados…


“Los Cabecicubos” debe su prestigio entre los aficionados a la gran cantidad de lecturas entre líneas que se pueden hacer de su humor, aparentemente simple y de línea clara. Podemos verlo como una crítica en clave medioambiental (la plaga es desatada por la contaminación y la manipulación industrial de los alimentos, y la corrupción administrativa permite que siga comercializándose un producto dañino). Podemos hacer una lectura acerca del fenómeno del populismo en la política, y del pasotismo del ciudadano irresponsable ante un problema que el cree que no le afecta, hasta que se da de bruces con el. Si queremos podemos leerlo en clave de relativismo moral (el héroe es iniciado en la clandestinidad por el mismo delincuente al que había comenzando persiguiendo, el inspector de policía de pronto se dedica a planear sabotajes terroristas). Podemos hacer una lectura sobre el papel de las victimas y los verdugos (los cabecicubos, que habían comenzado siendo marginados socialmente, acaban convirtiéndose ellos mismos en represores de sus conciudadanos). Es por ello que, a pesar del tiempo transcurrido, el humor de esta obra sigue apareciendo actual, tremendamente lúcido y muy inteligente. Un autentico placer para la mente.
Humor inteligente: los personajes reflexionan sobre su papel en la Historia

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