miércoles, 2 de septiembre de 2015

El Castañazo, la mejor comedia deportiva de todos los tiempos.

La comedia deportiva es ciertamente un genero complicado. Es relativamente fácil hacer una película graciosa sobre cualquier deporte. Simplemente necesitas alguna estrella de prestigio, una colección de situaciones ridículas sobre la cancha, y un final féliz donde los protagonistas acaben ganando el torneo por una combinación de suerte y carisma. Pero si quieres que esa historia además transmita algo al espectador, ya no es tan fácil. Por eso conviene reconocer adecuadamente las comedias deportivas que logran ofrecer algo más que una simple colección de trastazos y pifias espectaculares. Como es el caso de la que nos ocupa hoy.


El Castañazo (Slap Shot), también estrenada como Todo Vale en Argentina, película de 1977, dirigida por George Roy Hill y protagonizada por Paul Newman, es una sátira ácida, a ratos amarga, sobre el mundo del deporte, que se adentra en el terreno que queda más allá de los focos que iluminan a las grandes estrellas, para mostrarnos con un toque de humor el día a día de un vestuario de segunda o tercera división. Conoceremos ese mundo siguiendo las aventuras y desventuras de un grupo de perdedores enrolados en un equipo de segunda fila de hockey sobre hielo.

viernes, 5 de junio de 2015

Rollerball, un deporte bárbaro para el futuro distópico.

De nuevo debo empezar a escribir un artículo pidiendo perdón por haber dejado abandonado este blog durante una temporada bastante larga. Las excusas de siempre, ya saben: he estado muy liado con otros asuntos, y además no me he sentido demasiado inspirado para escribir algo sobre cultura pop durante ese tiempo, etc. Bien, basta de excusas, creo que ha llegado el momento de revivir este blog, y para ello, que mejor que hacerlo con todo un clásico distópico: Rollerball

Que comience la masacre... esto, el partido.

Rollerball (1975)  es una de esas obras de la década de los 70 que, en cierta manera, anticipan la llegada del cyberpunk en la década siguiente. Buena parte de los elementos ya están ahí: el poder omnímodo de las megacorporaciones, la tecnología como herramienta opresiva, la sensación de indefensión del individuo ante la manipulación de estas fuerzas... pero falta aún ese marco narrativo opresivo que reuna a todos estos elementos de forma coherente, y sobre todo, le falta la estética oscura y claustrofóbica, y al mismo tiempo devota de la tecnología. Pero aunque no sea cyberpunk, la idea que transmite es muy parecida. La película, dirigida por Norman Jewison y protagonizada por James Caan, nos muestra un mundo futuro tiránico, idiotizado por un espectáculo brutal, el deporte del rollerball.