jueves, 19 de mayo de 2011

Es duro hacer la revolución

Si, se de sobra que este no es el tema de este blog, que debería estar terminando ese artículo que tengo a medias sobre la saga de la Materia Oscura de Pullman, y decir algo sobre la reciente muerte del gran Carlos Trillo, pero perdónenme si les digo que uno no puede hacer como la orquesta del Titanic, y seguir hablando de ficciones mientras el mundo arde a su alrededor. Hay momentos en la vida en que los acontecimientos exigen tomar partido. Y si uno dispone de un canal de comunicación, aunque sea tan humilde como este, tiene la obligación de usarlo para exponer su postura al mundo. Así que he decidido contar aquí en que batallitas he andado metido desde el domingo pasado. Soy uno mas de esos miles de "indignados" de los que, ahora si, hablan los diarios. Y ustedes perdonen, pero voy a hablarles de política.


Asamblea de los manifestantes en la céntrica Plaza Catalunya de Barcelona esta pasada medianoche. Foto obra del autor de este blog. Existe versión en alta definición aquí
Quien lo diría, pero solo han pasado cuatro días desde que un grupo de soñadores salimos a manifestarnos un domingo por la tarde en varias ciudades españolas, ante la indiferencia de los grandes medios de comunicación, centrados todos ellos en una aburrida campaña electoral, que transcurría siguiendo un guión propio, completamente ajeno a las inquietudes del electorado. En aquel momento no éramos mas que una anécdota exótica, un pequeño toque de color en un panorama mayoritariamente gris. En teoría nada que fuese a alterar demasiado el paisaje. Pero claro esta, cuando los ánimos están caldeados, las cosas pueden cambiar de la noche a la mañana muy fácilmente a la menor ocasión. Y esa ocasión se presentó.

Creo que a estas alturas la película de los hechos ya es de sobras conocida, pero aun así la repetiré: al termino de una de esas manifestaciones, la que se celebró en Madrid, un pequeño grupo de manifestantes decidieron iniciar una acampada en la céntrica plaza de la Puerta del Sol. Si se les hubiera dejado en paz, probablemente al cabo de un par de días se hubieran aburrido y vuelto a sus casas, las protestas del domingo se hubieran ido olvidando y a estas alturas seguramente tú no estarías leyendo este artículo, porque jamas hubiera sido escrito. Vista en perspectiva, la situación puede compararse a la de una bola de nieve en lo alto de una colina. Inmóvil, inofensiva siempre que no se perturbe su equilibrio. Hasta que llega el imbécil que le pega un empujón. 

El imbécil que, en la madrugada que siguió a un lunes que había sido muy caliente, tanto climática como emocionalmente, decide que hace feo una panda de hippies acampada en pleno centro de la ciudad, y manda a la policía: "me desalojen a esos desharrapados, que me espantan a los turistas." Error clásico, consecuencia previsible: las imágenes del desalojo inundan Youtube, durante todo el día las redes sociales bullen de mensajes a cual mas incendiario, y cuando cae la noche ese mismo martes, en esa misma plaza ya se han juntado mas de tres mil personas dispuestas a pasar la noche al raso. Los mismos diarios que habían pasado de puntillas sobre las manifestaciones del domingo ya tienen portada para su edición del miercoles, y las convocatorias se extienden a las plazas mayores de otras ciudades. De veras, a nuestros políticos les iría mejor si fueran mas al cine.

Desde entonces las cosas no han parado de moverse: propuestas, declaraciones, intentos de prohibir nuevas concentraciones, desobedecidos por el pueblo, mas y mas gente sumándose a las protestas, políticos y analistas pillados completamente en fuera de juego, y una sensación general de que estamos contemplando algo que saldrá en los libros de historia del futuro. Escribo estas lineas después de haber dormido pocas horas esta noche y haber cenado un simple bocadillo, consecuencia de haber estado en una de dichas asambleas hasta la madrugada, y haber tenido que regresar caminando a casa, pues ya no había servicio de metro cuando concluyó. Pero satisfecho de haber formado parte de algo histórico. 

Puede que, como paso en el 68, al final todo esto quede en nada mas que unos cuantos eslóganes incorporados a la memoria colectiva, y el recuerdo de unos días convulsos donde se entrevió la posibilidad de cambiar el mundo. O puede que los mayas tuvieran razón, y estamos viendo los primeros dolores del parto del mundo nuevo que ha de substituir al que según ellos ha de morir el año que viene. El futuro lo dirá. Sea lo que sea, había que estar allí.

Diablos, nadie dijo que hacer la revolución fuese tarea fácil.


1 comentario:

  1. Enorme! Cuando ves a tu propia madre en batín, a las 3 de la mañana, en la calle, mientras caen chuzos de punta, es que algo está pasando. Y tampoco es que se estén movilizando para pedir el oro y el moro. Yo oí "propuestas" que, más allá de los Pirineos, sería insultante el cuestionarlas.

    Como bien dices, perfectamente todo esto no sirva de nada. Sobre todo cuando no son más que unas municipales. Pero, por muy negro que quiera verlo, siempre vuelvo al mismo punto: Algo está pasando. Algo MUY gordo.

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